Mis amigos, muchos de ellos locos como yo por Marruecos. Una amiga en concreto, enamorada de Marruecos. Pasó unos días en Sidi Kaouki y se quedó prendada del lugar. Me hablaba con tanta pasión, que le pedí que lo compartiera con todos nosotros. Este es su relato..
Gràcies Rosa, espero contar con más textos tuyos por aquí.
Mi historia de amor con Marruecos empezó hace 10 años, en abril de 2004, vacaciones de Semana Santa, 10 días, circuito clásico en 4×4, Marrakech, Essaouira, Ouarzazate, Todra, Draa, Valle de las Rosas, Dades, desierto de Merzouga y Fez.
Fue un amor a primera vista, un coup de foudre, la plaza Jemaa F’na de noche, cruzar el Atlas con su paisaje cambiante, la preciosa Kasbah Ait Ben Haddou, el desierto, con esas dunas doradas, el silencio, las estrellas…..en fin, un reencuentro con la naturaleza en estado puro.
Marruecos es un país precioso, sus paisajes, sabores, colores y olores…… pero sin duda, lo mejor es su gente, amable, generosa y hospitalaria, especialmente los amazigh (berebers).
Después de tantos años, y muchos viajes por todo el país, desde Tánger a Merzouga, hoy quiero compartir mi último viaje este mes de julio a Sidi Kaouki, una pequeña aldea bereber en la costa, situada a 20km al sur de Essaouira y a 180km de Marrakech.
Quería hacer una escapada de relax en la playa para desconectar, mi primera opción fue Essaouira, pero en Ramadán se pone imposible, lleno de turistas y marroquíes que van buscando el fresco de la costa Atlántica, al final la búsqueda de alojamiento me llevó a Sidi Kaouki y como suele suceder en estos casos, la improvisación dio buen resultado.
Contacté con Víctor, valenciano instalado en Sidi Kaouki desde hace más de 4 años, propietario de un albergue “Casa Al Vent” y del Café Restaurante Al Vent , me ofreció una tranquila casa de alquiler con vecinos locales y pensé, por qué no?.
Llegamos a Sidi Kaouki desde Essaouira en taxi compartido (15Dhr – 1,5€ x persona).
La casa comparte el acceso al patio con las gallinas, burros y cabras de la familia vecina, está cerca de la playa (2 min. andando), tiene 3 habitaciones, baño y cocina, es una casa típica marroquí, con una terraza con vistas al mar.
Los vecinos, haciendo gala de la hospitalidad marroquí, nos dieron harira (sopa) para el iftar (primera cena del ramadán cuando se pone el sol) y huevos de sus gallinas.
Después de la cena íbamos a tomar un té en el Café de Víctor, que nos acogió y facilitó la estancia en Sidi Kaouki como si fuéramos de su familia, y con el que compartimos buenos momentos de opiniones, debates y política. Gracias Víctor.
Una noche cenamos en el Café Restaurante Al Vent, Víctor nos preparó una paella riquísima con centolla, erizos de mar y percebes, todo producto local pescado al día por Omar.
Sidi Kaouki es una pequeña aldea surfera, con un aire hippy de los 70, sin discotecas, ni grandes hoteles, ni bancos, ni farmacia, sólo tranquilidad, gente amable, playa inmensa, buenas olas para el surf y pescado fresco, si buscáis el paraíso, lo encontraréis en Sidi Kaouki.
Marhaba!
Hola,
Viajo a Marrakkech esta semana y agradeceria saber donde comprar cinturones monedas y caftanes
Buen descubrimiento el tuyo!! un lugar perfecto para desconectar. gracias por compartir con nosotros.