Bajo la limpia atmósfera del Sur, Marrakech tiene un “nosequé” completamente distinto de las otras ciudades de Marruecos.
Situada en un importante cruce de caminos, la cuarta ciudad de Marruecos en dimensión es considerada la capital meridional del país, y por eso atrae comerciantes y hombres de negocio del Alto Atlas, del Sahara y de las llanuras circundantes.
El rosa es color que distingue Marrakech; una leyenda berebere narra que cuando la Koutoubia (la mas grande mezquita de la ciudad) fue construida en el corazón de la ciudad broto tanta sangre que las paredes, las casa y las calles absorbieron el color.
Hoy el rosa de los muros que rodean la Medina y el carmín de sus casas de techo plano recuerdan todavía las heridas abiertas que con los últimos rayos del atardecer, parece que la sangre brota de nuevo. Las torres de la ciudad adquieren una coloración especial dando vida a un espectáculo que no debe perderse.
El mejor periodo para visitar Marrakech es de Marzo a Diciembre.
Marrakech fue fundada en el año 1062 por el sultán almorávide Youssef Ben Thachfin. La ciudad era destinada a convertirse en un de los centros artísticos y culturales más importantes del mundo islámico. Gracias a las otras riquezas que tenia la región, durante el periodo de la conquista almorávide de España, el sultán amplió y embelleció la ciudad hasta su muerte, ocurrida en el año 1106, y dejó a sus sucesores una verdadera joya arquitectónica.
La época de mayor esplendor de la ciudad se produce gracia al hijo de Youssef, Ali, hijo de una esclava cristiana. Además de palacios y termas, ordeno la constricción de la Ketiara (red subterránea de agua) que aun hoy alimenta los jardines Marrakech.
Entretanto los artesanos de la España musulmán trabajaban en el interior de las murallas construyendo los primeros edificios de estilo andaluz que seguían embelleciendo Marrakech.
Desgraciadamente muchas de estas imponentes construcciones fueron destruidas en el 1.147 por los almohades que respetaron sólo los muros y la puerta del palacio de Ali. Poco tiempo después la ciudad fue reconstruida y de nuevo los artesanos andaluces realizaron gran parte de los nuevos edificios.
Marrakech se mantiene como capital hasta el fin de la dinastía almohade en el año 1269 cuando los conquistadores merinchiis decidieron gobernar el país desde Fez. Con la dinastía Saudita en el siglo XVI Marrakech prospero de nuevo y fue construido el Mellah (bario judío), la enorme mezquita Mouassine y la Medersa de Ali Ben Youssef , también fue construida la Aduana para la colonia cristiana que se había establecido en la ciudad.
Sidi Mohammed ben Abadía destino muchos fondos a la reconstrucción y restauración de las murallas, la Kasbah, los palacios, mezquitas, y del Mechouar (plaza para las paradas reales) y para la creación de espectaculares jardines como el de La Menara.
El zoco de la Medina de Marrakech es famoso por la variedad de sus productos artesanales de máxima calidad.
Las calles de los zocos son auténticos laberintos.
La regla fundamental para orientarse y seguir la vía principal es seguir el flujo de personas y tarde o temprano llegas a una de las puertas de la ciudad, o a un monumento a la plaza Jemaa el Fna.
Es difícil por no decir imposible proponer una ruta coherente por los zocos. El mejor modo para disfrutar es…. perderse, Por pocos céntimos los niños en bicicleta os acompañaran de nuevo a la Plaza.